Con la respiración en total descontrol, cada uno buscaba desesperadamente
respuestas en el fondo de los ojos del otro. Pero, a medida que
profundizaban la mirada, se iban quedando más y más atrapados por la
belleza que brillaba en el interior del otro
Estuvieron así largas horas,
totalmente absortos el uno dentro del otro, hasta que dejaron de sentir
el límite entre los dos. Ya no sabían dónde acababa el uno y empezaba
el otro; eran casi un solo
En algún momento, uno de ellos cerró los ojos para saborear mejor la
experiencia, y fue en aquel instante cuando empezó un baile de tacto y
caricias se estuvieron tocando,
acariciando, deslizando lentamente, uno encima del otro
no buscaban ningún alivio, ninguna
culminación, permitiéndose gozar plenamente de la sensación de estar
totalmente unidos y compenetrados. De repente, sus cuerpos
se vieron sacudidos lentamente al principio, luego cada vez más fuerte
y al unísono, por una interminable serie de orgasmos. Las olas venían y
venían, enviadas por el inmenso mar de amor que les unía haciendo que
se compenetraran más y más...
sus cuerpos resplandecían
con una nueva luz: habían llegado a un nuevo estado de conciencia.
Tantra es el arte de compartir el amor desde el corazón y el alma en
lugar del ego.
La meta del Tantra es el amor: el amor sin miedo. Despertar
la vibración del amor en todo tu ser hará que cada partícula de agua
que bebas o de aire que respires se transforme en ese amor, un acto de
unión con el Todo. La sexualidad tántrica es un proceso de profundización
de la conexión con tu propio espíritu a través del despertar de tu
cuerpo y de tu conciencia.
Tantra no es un conjunto de artes sexuales ni un estudio de cómo
mejorar tus orgasmos (aunque los incluya). La meta del sexo no es el
orgasmo sino el amor, y la meta del orgasmo no es la convulsión sino la
cohesión.
El Tantra real no se puede describir, tiene que ser absorbido,
asimilado. Tienes que asimilar el espíritu del Tantra.
¿Cómo puedes asimilar el espíritu del Tantra?
Tienes que transformar
tu enfoque, tu actitud...”
Osho
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